El caso de la felina albina

01.01.2024

Colombia, al ser el segundo país con mayor biodiversidad en el mundo, debe retarnos a proteger nuestra riqueza natural, que está presente en la ruralidad y la conurbación. Para hacernos una idea de la grandeza que tenemos en fauna, solo el Valle de Aburrá –con Medellín como ciudad núcleo- alberga el 25 % de especies de aves que existen en nuestro país, lo que equivale al total de especies de pájaros que hay en Francia.

Con alegría y como ciudadano, puedo decir que desde la capital antioqueña tuvimos noticias positivas en materia de atención a la fauna, gracias al trabajo mancomunado entre actores de las entidades públicas, que sirven como referencia de lo que sucede en el territorio nacional.

En noviembre del 2021, por ejemplo, en una zona boscosa de Amalfi, Antioquia, se construyó una historia que ha ocupado espacios en la prensa nacional. Se trata del rescate de una felina silvestre albina que, al parecer, la estaban confundiendo con un gato cachorro y que estaba en un alto estado de vulnerabilidad porque, debido a que muy posiblemente su madre la había abandonado por su condición, estaba desnutrida y enferma.

El color y el pelaje de las diversas especies no son casualidad, pues esas características hacen parte de su capacidad de camuflarse en la selva para cazar fácilmente o protegerse. Esto sería imposible para el ejemplar hallado porque, por el albinismo (que la hace propensa a padecer cáncer de piel) y falta de visión, era imposible que se alimentara por cuenta propia. Con esas limitaciones, en su hábitat natural, estaba destinada a morir.

Sin embargo, las entidades públicas, es decir, la Alcaldía de Amalfi, las autoridades ambientales (Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Corantioquia), la academia (de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la universidad CES) y el Parque de la Conservación (que antiguamente llamado el zoológico de Medellín) marcaron un hito que permite que este primer caso en Colombia tenga un final feliz.

El trabajo articulado entre los actores públicos, privados y la academia ha mostrado lo mejor de su capacidad técnica y de gestión para salvar la vida del animal que, en últimas, se resume en la necesaria solidaridad para atender a estos seres sintientes que no tienen voz, pero que son fundamentales en el equilibrio ecosistémico.

La suerte de la felina albina está echada. Tras varios meses difíciles, en los que ha logrado reponerse en términos de salud y ha aprendido a adaptarse al entorno en el que está ahora, lo que hace probable que sobreviva durante varios años. Ella, que posiblemente estará hasta el último de sus días en el Parque de la Conservación, pasó de tener una expectativa de vida de unas horas a entre 15 y 20 años en cautiverio.

Adicionalmente, este insólito hallazgo será foco de generación de conocimiento académico y científico para el país y el mundo entero, teniendo un contundente punto de partida para ello, y es que se ha detectado que los casos de albinismo en los animales se han presentado con frecuencia en los últimos años por una realidad desgarradora: la deforestación de los bosques.